San Marcos 1, 21-28

Biblia Jerusalén: Espíritu Santo, paráclito, consolador, ayudador, hermoso eres señor. Cuando reflejamos a Jesús el mal lo rechaza porque él amor, Con Jesús podemos liberarnos de los demonios: La enfermedad, los pecados, la infidelidad, los chismes, la gula, en fin de las cosas que no le agradan a Dios. Dios sabe lo que está en nuestros corazones, Satanás el príncipe de este mundo también lo sabe, escuchemos la vos del Señor Jesús y no nos dejemos seducir por la astucia del maligno. Experimentemos el amor de Dios para que veamos su reino que no pertenece a este, apartémonos de los pecados y de las seducciones de este mundo. Biblia Jerusalén:  21. Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. 22. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 23. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: 24. «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.» 25. Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.» 26. Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. 27. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.» 28. Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

Comentario: Espíritu Santo, paráclito, consolador, ayudador, hermoso eres señor. Cuando reflejamos a Jesús el mal lo rechaza porque él es amor, Con Jesús podemos liberarnos de los demonios: La enfermedad, los pecados, la infidelidad, los chismes, la gula, en fin de las cosas que no le agradan a Dios. Dios sabe lo que está en nuestros corazones, Satanás el príncipe de este mundo también lo sabe, escuchemos la vos del Señor Jesús y no nos dejemos seducir por la astucia del maligno. Experimentemos el amor de Dios para que veamos su reino que no pertenece a este, apartémonos de los pecados y de las seducciones de este mundo.