domingo, 15 de febrero de 2015

San Marcos 1, 40-45


Biblia Jerusalén: 40. Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.» 41. Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.» 42. Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. 43. Le despidió al instante prohibiéndole  severamente: 44. «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.» 45. Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.


Comentario: Ven Espíritu Santo, Ven Espíritu Santo, Ven Espíritu Santo. Antes de conocer a Jesús yo no era integro, Jesús me devolvió la integridad, pago por mis pecados en la cruz absorbió mi lepra. Debemos tener cuidado dando testimonio, de lo que Dios ha hecho en nuestra vida, para no tergiversar su propósito, siendo autenticos. Jesús Siempre quiere sanarnos vallamos siempre a su encuentro.


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